Cuando dejé Govan High School en Glasgow a la edad de dieciséis años para comenzar mi aprendizaje como fabricante de herramientas en Remington Rand y mi vida futbolística en Queen’s Park FC, hubiera sido imposible imaginar que, 55 años después, estaría enfrentando desde un auditorio de la Harvard Business School hablando de mí a una clase de estudiantes de MBA. La primera clase que dicté, en octubre de 2012, estaba completamente repleta. Desde donde estaba al frente del auditorio, podía ver a los estudiantes esperando pacientemente en las filas de sillas, cada uno con una tarjeta de identificación frente a ellos, y los pasillos aún más llenos. Fue una vista intimidante, pero también un testimonio del encanto del Manchester United. Nuestro club estuvo en muy buena compañía, ya que entre las organizaciones estudiadas en el curso de Marketing Estratégico en Industrias Creativas de la escuela de negocios se encuentran: Burberry, la marca; Comcast, el gigante operador de cable estadounidense; Marvel Enterprises, el estudio de Hollywood detrás de las franquicias cinematográficas y de cómics de Spider-Man y Iron Man; y, para mi sorpresa, las actividades comerciales de Beyoncé y Lady Gaga.
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