Existen imprecisiones respecto al constructo de liderazgo. Por lo anterior, para algunos autores la denominada “fútil disputa” entre el liderazgo y la gestión o la administración “distinción que es una noción romántica y que no ayuda en nada.” (Rost, 1991, citado por Jackson, 2005). Distinción reforzada por uno de los especialistas en el tema (Bennis, 1994) y autor también de una de las frases más conocidas y que mejor resumen este discutido punto: “los administradores hacen correctas las cosas, mientras que los líderes hacen las cosas correctas” (Bennis and Nanus, 1985, pág. 21), es cierto que Zaleznik ya desde 1977, con su famoso artículo publicado en la Harvard Business Review, había determinado que a los administradores les correspondían los papeles más mecánicos y rutinarios del proceso. Afirma que los líderes se ocupan de la visión y la dirección de los cambios, mientras que los administradores se encargan de monitorear los avances y resolver problemas. Lo que queda claro es que el liderazgo es, o debería ser, el pilar fundamental de la administración (Drucker, 1955; Mintzberg, 1975). En ese mundo de mitos y fraudes existen nombres de hombres que ya no están en este mundo, sin embargo, no hay especialistas que superen sus teorías.
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